
(El grupo siguiendo las explicaciones de José Valdeón, el quinto por la izquierda)
Para realizar esta visita nos acompañó José Valdeón Menéndez, jardinero, paisajista y escritor, restaurador del Jardín Francés y autor del libro Jardines Clásicos de Asturias, en el que dedica un capítulo al parque más importante de nuestra Villa.


(Entrada al Parque por la calle Galiana)
De las cinco entradas, Valdeón, eligió la de la calle Galiana, para que apreciáramos mejor el contraste entre el angosto túnel vegetal que nos introduce en el parque y la amplitud de la pradera, uno de los elementos característicos del Jardín Inglés o jardín a la inglesa.
Después de unas breves, pero instructivas explicaciones sobre el origen del Paisajismo, en la Inglaterra del siglo XVIII, su vinculación con el movimiento pictórico del mismo nombre y las repercusiones que tuvo en nuestra región, iniciamos el paseo por el parque.

Después de unas breves, pero instructivas explicaciones sobre el origen del Paisajismo, en la Inglaterra del siglo XVIII, su vinculación con el movimiento pictórico del mismo nombre y las repercusiones que tuvo en nuestra región, iniciamos el paseo por el parque.

(Las formas, tonos y texturas de los árboles que rodean La Pradera crean diferentes efectos visuales según la hora del día y la época del año)
Valdeón nos explicó, también, la génesis de este singular espacio verde, que podemos encontrar en su libro.
En el recorrido, nos fijamos en alguno de los magníficos ejemplares que crecen en el parque: varios cedros, dos bosquecillos de pinos piñoneros, plátanos de sobra, tilos, aligustres de Japón, tejos, y un Árbol de Júpiter, del que nos sorprendió su resistencia y la suavidad de su tronco. De todos ellos, nuestro guía nos contó algunas de sus peculiaridades, y hasta sus posibilidades didácticas, cuando realicemos la visita con nuestro alumnado.
A la entrada del "Jardín Francés", nos detuvimos ante el ginkgo biloba, la especie viva más antigua del planeta. Su apellido, biloba, de debe a que la hoja, que asemeja un abanico, se divide en dos lóbulos.

En el recorrido, nos fijamos en alguno de los magníficos ejemplares que crecen en el parque: varios cedros, dos bosquecillos de pinos piñoneros, plátanos de sobra, tilos, aligustres de Japón, tejos, y un Árbol de Júpiter, del que nos sorprendió su resistencia y la suavidad de su tronco. De todos ellos, nuestro guía nos contó algunas de sus peculiaridades, y hasta sus posibilidades didácticas, cuando realicemos la visita con nuestro alumnado.
A la entrada del "Jardín Francés", nos detuvimos ante el ginkgo biloba, la especie viva más antigua del planeta. Su apellido, biloba, de debe a que la hoja, que asemeja un abanico, se divide en dos lóbulos.

(Hoja de ginkgo, que recuerda a un abanico)
Una vez dentro de este singular jardín, destacó tres especies: el haya roja, el espino albar y el tulípero de Virginia.
(José Valdeón ante el espino albar del Jardín Francés)

(Magnífico ejemplar de uno de los dos tulíperos de Virginia del JF)
El haya roja es uno de los ejemplares más antiguos de estos jardines. Cuando el Ayuntamiento expropió los terrenos de lo que hoy conocemos como "Jardín Inglés" para convertirlo en parque público, la Marquesa de Ferrera quiso que ese haya permaneciera dentro de su propiedad porque, según parece, fue el árbol que plantó D. Juan Antonio de Navia y Arango, Alférez Mayor de Luarca, I Marqués de Ferrera, cuando recibió el título, de manos de Carlos II "El Hechizado".
Como responsable de la restauración del Jardín Francés, Valdeón mostró su disgusto, que compartimos, por el deterioro que ha sufrido desde que el Ayuntamiento lo contrató para devolverle su traza y esplendor originales. El mobiliario pétreo, único en Asturias, y diferente según las zonas, ha perdido parte de sus componentes, como los bancos que ocupan el centro de la Pérgola, a los que les faltan los respaldos. Las fuentes, de gran valor artístico y ornamental, hacen la función de papeleras.


(Magnífico ejemplar de uno de los dos tulíperos de Virginia del JF)
El haya roja es uno de los ejemplares más antiguos de estos jardines. Cuando el Ayuntamiento expropió los terrenos de lo que hoy conocemos como "Jardín Inglés" para convertirlo en parque público, la Marquesa de Ferrera quiso que ese haya permaneciera dentro de su propiedad porque, según parece, fue el árbol que plantó D. Juan Antonio de Navia y Arango, Alférez Mayor de Luarca, I Marqués de Ferrera, cuando recibió el título, de manos de Carlos II "El Hechizado".
Como responsable de la restauración del Jardín Francés, Valdeón mostró su disgusto, que compartimos, por el deterioro que ha sufrido desde que el Ayuntamiento lo contrató para devolverle su traza y esplendor originales. El mobiliario pétreo, único en Asturias, y diferente según las zonas, ha perdido parte de sus componentes, como los bancos que ocupan el centro de la Pérgola, a los que les faltan los respaldos. Las fuentes, de gran valor artístico y ornamental, hacen la función de papeleras.

(Dentro de las fuentes del Jardín Francés pueden encontrarse los más variados objetos)
(El "Laberinto de Camelias" en su estado actual)
Más dramático ha sido el destino del “Jardín Romántico”, o “Laberinto de las Camelias”, también único en el Principado, que sufrió una inexplicable mutilación al construirse la Casa de la Cultura.
(Camelio afectado por un hongo)
Voy a poner más fotos.
ResponderEliminar"Paraísos cercanos..." que dijo alguien.
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